Todos son iguales

La hija muy contenta se acerca a su madre y le dice: “¡Mamá!, he quedado con Luis para ir mañana al cine”.
La madre muy seria le responde: “Mira hija, ya debes tener cuidado que todos los hombres son iguales.
Seguro que empieza por querer cojerte la mano, luego querrá darte un beso, luego te tocará las piernas y, después, seguro que quiere ponerse encima tuyo. Y, ¡ojo! ¡como se ponga encima tu madre se muere, eh!!”
Al día siguiente cuando la hija vuelve del cine la madre le pregunta cómo le ha ido y ésta le responde muy satisfecha:
“Pues mira máma, tenías razón, primero me cogió la mano, luego me pidió un beso y seguido me toco la rodilla. Ahora, eso sí, cuando se quiso poner encima le dije muy rotunda, “oye, de morirse una madre, que se muera la tuya”, así que estate tranquila porque me puse encima yo

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